LA RUTA DEL ORO EN YUMBEL
EN LA RUTA DEL ORO:
Transitar por
los polvorientos caminos de la ruta del oro es una aventura que nos traslada a
la historia de la zona fronteriza del Biobio. Son los mismos senderos que
cruzaron hace más de cinco siglos los incas peruanos y más tarde los
conquistadores españoles en busca de nuevas tierras para su imperio. A su paso
dejaron la huella de su ambición en cada uno de estos caminos. El oro fue el horizonte
que mantuvo sus esperanzas en una tierra hermosa pero a su vez agreste y
belicosa. Esas esperanzas fueron mayores que las reales riquezas que
encontraron, pero de algún modo les permitieron continuar con sus sueños de
convertirse en grandes señores. Hoy en día el oro sigue fluyendo mansamente por
la infinidad de riachuelos y esteros que vierten sus aguas al grano Biobio y
algunos lugareños continúan afanosamente por extraerlo de sus entrañas. Es una
tarea inagotable que de algún modo refleja la prolongación de aquellos remotos
tiempos de conquista. Sin embargo, existe otra riqueza que con el paso de los
siglos se ha vuelto aún más valiosa que el mismo oro: es la historia de la
frontera del Biobío forjada por generaciones de hombres y mujeres con todo ese
caudal de tradiciones y leyendas que a
lo largo de los años han ido conformando una ruta de gran valor
patrimonial. Caminar por ella es una aventura que nos lleva a recorrer nuestra
historia y nos invita a valorar y proteger nuestra preciada identidad cultural.
El patrimonio
histórico-cultural de un país, región o ciudad está constituido por todos
aquellos elementos y manifestaciones tangibles o intangibles producidas por las
sociedades, resultado de un proceso histórico en donde la reproducción de las
ideas y del material se constituyen en factores que identifican y diferencias a
ese país o región.
La conformación
de la Ruta del Oro como un circuito del patrimonio local, en primera instancia
permitiría que cada una de las localidades que la componen, recuperen parte del
patrimonio más significativo que poseen, que por diversas razones se encuentra
en estado de pasividad, situación que los ha llevado al olvido y a su
destrucción paulatina, hecho que va en desmedro de la identidad local y del
sentido de pertenencia de sus habitantes.
Y si de
fortalecer nuestra identidad local se trata, nuestra ruta del oro se puede iniciar
en Yumbel, visitando primero la plaza del fundador “Alonso de Sotomayor” y
conocer el casco fundacional de Yumbel hace 432 años. A nivel local seguimos
con el Santuario San Sebastián de Yumbel, partiendo por la hermita ubicada
frente a la plaza del fundador y luego el Templo Parroquial construido en 1855
frente a la plaza con la imagen de San Sebastián y su historia de fé en Yumbel.
La ruta
patrimonial continúa con el pueblo de Rere donde se visitan el Conjunto
Jesuita, el Museo Municipal, la Casa Cano y algún riachuelo del sector para
observar la forma de extraer el oro usando una challa. Extracción de oro que se
iniciara hacia el siglo XVII.
De hecho el
gobernador Amat y Juniet refiere que “por medio de la villa corre un estero
pequeño que le da un buen beber, y se origina de las mismas quebradas en cuyas
arenas tienen los pobres fincado su alimento diurno, porque ocurren por la
madrugada a lavarlas y sacar la cantidad de oro que les basta para el día…y
todo el terreno es panadizo de oro y se saca de los arroyos. En tiempos pasados
fue célebre una pepita que se halló en la hacienda de un minero nombrado
Saturnino Matamala, la cual tenía la figura de un gallo pequeño”
En el sector las
Minas se puede conversar con don Luis Alberto Pincheira quien vive en esa zona
y acompañó a su madre la cual llegó a esos lugares acompañando a su padre
cuanto tenía 9 años.
Sin duda que don Luis es tal vez la única
huella viviente de lo que fueran en su tiempo los buscadores de oro. El paso de
los años le dificulta caminar, pero aún recuerda los tiempos en que se
aventuraba por esteros y quebradas en busca de los mantos y vetas del preciado
metal.
El procedimiento
usado en el sector de las minas es simple y rudimentario; pero no por ello
sacrificado, pero con satisfacciones y sorpresas.
El minero saca
la tierra de la veta o “circa” y la coloca en la challa, que es un plato de
madera ahuecado, generalmente de madera de álamo, se llena la challa de agua y
comienza el lavado de la tierra, de haber una chispita de oro ésta se irá al
fondo de la challa. Si la suerte es buena se obtenía un gramo de oro diario.
Cuando el año es
seco, dicen estos mineros, hay menos oro, pues no ha corrido el agua, que es la
que arrastra el metal desde las quebradas.
Se dice que allá
por el año 1930 llegaron a haber hasta trescientos mineros con sus familias en
la zona de las Minas.
Nuestra ruta del
oro en la comuna de Yumbel puede finalizar en una mina subterránea abandonada
ubicada en el sector El Fuerte (Las Petacas), cercano a las Minas de Matamala,
desde donde los buscadores de oro obtenían material que luego era lavado en las
afueras del lugar para obtener el preciado metal.
LA RUTA DEL ORO (VIDEO) Trabajo realizado en el año 2006 con la participación de mis colegas Antonio Vallejos Illanes y Octavio Abello Valenzuela al visitar la mina de oro abandonada de "Las Petacas" en el sector El Fuerte de Río Claro.
Se dice que esta
mina fue de don Saturnino Matamala y aún perdura como fiel testimonio de la
época del oro en Rere y consta de una estrecha galería de aproximadamente 50
metros de largo, que se adentra en un cerro, separándose en dos túneles
interiores, se dice que estas minas fueron explotadas hasta el año 1934.
El hallazgo de
don Saturnino Matamala hizo entrar a Rere en la famosa Ruta del Oro, ruta que
ya había comenzado a gestarse en el siglo XVI con el descubrimiento por parte
de Pedro de Valdivia de los famosos lavaderos de oro de Quilacoya. (Fuente: La
Ruta del Oro en la Frontera del Biobío de Luis Espinoza Olivares).
Higinio Olivares
Silva, Profesor Normalista.
Me encantaron sus relatos sobre Yumbel, gracias por las publicaciones.
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